Estrategia para el Póquer

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	El objetivo del póquer es ganar tanto dinero como sea posible. Nadie puede ganar todas las manos, como es evidente; en un juego de cinco participantes, un jugador puede esperar  recibir la mano ganadora una vez de cada cinco. El ganar en póquer, por tanto, significa  ganar algunas manos que estadísticamente no debería ganar haciendo que los oponentes abandonen  la mano al apostar. También significa sacar el máximo rendimiento de sus ganancias en las manos que  gana y reducir las pérdidas en las que pierde. En el nivel más básico, la decisión de igualar la apuesta de otro jugador se hace en función de si se espera o no ganar dinero igualando en tal  situación a largo plazo. En un reparto único puede ocurrir cualquier cosa; la  cuestión es si será más provechoso igualar siempre o retirarse  siempre si se produce la misma situación cientos de veces. Hay algunos principios generales que se aplican a la mayoría de las modalidades de póquer: No apueste siempre de la misma manera con el mismo tipo de mano. El farol, como el juego torpe cuando se tiene muy buena mano, es frecuente y  se puede esperar de la mayoría de los jugadores. Si cree que puede ganar a su oponente pero piensa que la situación podría  cambiar si éste consiguiera mejores cartas al robar, apueste alto para evitar que siga apostando.  Volver al principio