Estrategia para el Póquer

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	Cada vez que otro jugador apuesta, iguala o sube, es importante pensar en el tipo de mano que éste puede tener para responder a esa acción. Tenga en cuenta que si hay una apuesta y una subida, el jugador que sube ya se ha hecho una idea de la mano del postor inicial y que con todo eso ha subido; de modo que siempre que hay tanto una apuesta como una subida antes de que llegue su turno, debe pensárselo bien antes de igualar. Es muy importante llegar a conocer el modo en que los jugadores de su partida tienden a actuar en determinadas situaciones, ya que pueden ayudarle a hacerse una idea bastante precisa de sus manos. Intente conocer qué jugadores hacen muchos faroles, qué tipos de mano tienden a jugar y quién tiende a hacer ver que juega torpemente. Otra consideración. A la hora de estimar si permanecer en una mano, a menudo es necesario elegir entre supuestos opuestos. Supongamos que una mano está entre usted y otro jugador y que el resultado depende de si el otro jugador está faroleando. Si supone que ese jugador está faroleando y no se retira, usted perderá la cantidad apostada al igualar; pero si supone que no está faroleando y se retira, perderá toda oportunidad de ganar el bote. Las probabilidades del bote son útiles en este caso, también: compare la probabilidad de que el jugador esté faroleando (por supuesto que aquí sirve de gran ayuda conocer al adversario) con las probabilidades del bote, y deje que esa comparación le sirva de guía.  Volver al principio El farolear no es simplemente una táctica psicológica. Se puede utilizar para incrementar las ganancias con certeza matemática. Si los adversarios deciden que usted no farolea nunca, pueden aprovecharse de usted retirándose con más frecuencia de la que lo harían. Incluso si farolea, rara vez conseguirá que le igualen más a menudo, y aun cuando la mayoría de sus faroles se igualen, usted ganará más a largo plazo, siempre que siga este principio: haga que las probabilidades contra su faroleo sean iguales a las probabilidades del bote que el adversario obtiene, y el oponente que sólo pueda ganar al farol, perderá más dinero a largo plazo, independientemente de si iguala o se retira.  Volver al principio